
- Confundir el patrimonio familiar con el patrimonio del negocio.
- No establecer un gobierno y administración corporativa.
- No contar ni considerar la existencia de un plan corporativo de negocios.
- No determinar la sucesión corporativa.
- Manejo inadecuado de información clave y confidencial.
- Ausencia o pérdida de ejecutivos clave por no pertenecer a la familia.
- Postergar la solución de problemas legales y fiscales.
EL FUTURO NO SE PREVÉ, SE PREPARA